Realmente no es muy complicado conceptualizar la “viralidad”. En una primera idea se nos viene a la cabeza: viral… virus… contagio… propagación… Y así podríamos seguir. En esencia, la viralidad es la expansión hacia lo masivo. Como se piensa para los virus humanos, se piensa para los virus informáticos y también se usa el término (y en este sentido lo estamos comentando acá) para la expansión de contenidos on-line.
Vayamos al punto. El eje de la cuestión es responder este interrogante: ¿qué hace que un contenido se vuelva viral? Y acá empiezan las discusiones, desaciertos, diferencias, y nacen miles de nuevos interrogantes.
NO HAY REGLAS para “crear contenido que se vuelva viral”. No tenemos nunca la certeza absoluta que lo podamos hacer.
Asumámoslo: el factor “suerte” tiene mucho que ver. La viralidad tiene que ver con lo aleatorio.
Es cierto que los contenidos virales (estudiándolos a posteriori de su aparición) suelen tener ciertas características comunes. Solo por mencionar algunos pocos.
- Suelen conectarse fuertemente con una causa compartida por multitudes.
- Suelen involucrar sentimientos.
- Habitualmente se vinculan a la diversión o al drama, pero en versiones extremas.
- Pueden tener que ver con acontecimientos que llamen poderosamente la atención, ya sean humanos o naturales.
Mi intención en este artículo no es profundizar más que esto en la idea de “viralidad”. Es un tema que da para hablar (o escribir) muchísimo. Como, obviamente, no se acaba acá, vamos a hablar en muchas otras ocasiones acerca de este tema.
El verdadero motor de este artículo es, en realidad, mostrarles un caso concreto de viralidad.
Como les adelanté en el título, quiero contarles algo relacionado con: “Zeddie Littie”. ¿Ya lo conocés? Si no, te cuento brevemente. Es un atleta. Que no trascendió por el deporte precisamente.
El 31 de marzo de este año 2012 durante una maratón en Estados Unidos, el fotógrafo Will King tomo fotos de mucha gente que participó pero una persona sobresalió. Precisamente, Zeddie Littie. ¿Por qué sobresalió? Aunque suene “cursi”: por su sonrisa. Trascendió al punto de ser tema de charla en Twitter, en Facebook, compartido miles de veces en Flickr y cientos de blogs. Se expandió a niveles tan increíbles que rápidamente la televisión no se quedó detrás y Zeddie fue convocado (y siguen haciéndolo) para notas en cientos de programas.
Miren sino esta página (www.facebook.com/ZeddieLittle) de Facebook. Fue creada el 5 de abril. Hoy (13 de abril) sólo a unos pocos días tiene 70.000 fans. De hecho, los invito a entrar ahora mismo y van a ver que crece segundo a segundo a pasos agigantados. (Nota: cuando comencé a redactar el post tenía 68.000 y ahora está en la cifra que recién les mencioné).
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=-AUajlCjcBk]
El hombre “ridículamente fotográfico” recorre la web por tener una “sonrisa increíble”. Por más cursi que suene, es un claro ejemplo de la aleatoriedad al momento de viralizar contenidos.
¿Qué mueve a las personas a compartir masivamente? ¿Qué hace que Zeddie haya trascendido y otros tantos no? Y otras muchas preguntas más son las que nos quedan sin responder.
¿Tenés alguna explicación para esto? Me gustaría que la compartas en un comentario. Y si no la tenés y querés sumar interrogantes, idea o simple sensación, te invito a que también lo hagas.
Hasta la próxima.
FACUNDO DANIEL TULA
Consultor Independiente
www.facfedmar.com.ar
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