No cabe duda que conocer la competencia es parte esencial para conocer el mercado y jugar inteligentemente. Pero hoy quiero proponerles algo para pensar.

Si produzco autos, mis competidores son otras empresas que producen autos. Pero si abro una fan page en Facebook para mi marca de autos, ¿con quién compito? Ésta es la idea de la cual les quiero hablar hoy.

Para quienes hayan estudiado administración o alguna disciplina vinculada con los negocios, les va a resultar familiar el análisis de Porter, más conocido como análisis de Fuerzas Competitivas. Porter propone estudiar el entorno del negocio con el análisis de 5 pilares: el mercado (compuesto por los “competidores”),  los clientes, los proveedores, los competidores potenciales y los bienes sustitutos.

Simplificando el modelo, pensando únicamente en lo que estamos tratando, si tomamos los competidores, Porter los diferencia en: actuales (componentes del “mercado”) y potenciales. Incluso, los bienes sustitutos son bienes competitivos, con lo cual 3 de las 5 fuerzas de Porter hacen al concepto integral de Competencia.

En el “mundo físico” la competencia se constituye de empresas que produzcan bienes o servicios equivalentes o sustituibles al que ofrecemos. El concepto se vincula a la producción. Se mide en orden de lo que ofrecemos al mercado.

Pero vamos al plano 2.0 que es lo que nos interesa. Primero, partamos del paradigma web que hoy predomina entre los negocios y marcas: “el contenido” (o marketing de contenido).

La estrategia de marketing digital para cualquier negocio se tiene que basar en el contenido. De esta forma, el objetivo es lograr que los seguidores interactúen gracias a ese contenido, viralizando así la presencia de la marca en la web.

Entonces el objeto de la competencia va a ser ese contenido y no, necesariamente, está vinculado a los bienes o servicios destinados a la venta.

Separemos el mundo web en 2 grandes grupos: Buscadores y Redes Sociales. El concepto de competencia varía entre ambos.

En los buscadores, el objetivo es estar entre los primeros resultados de búsqueda. El terreno de batalla con la competencia será el SEO. No se trata de qué vendamos, sino de qué palabras claves deseamos vincular a nuestra web de destino. Como una palabra puede tener diferentes sentidos y aplicaciones, las palabras que elijamos van a involucrar a un variado mundo de páginas. Para el caso de ejemplo, si tomamos la palabra “motor” la puede usar una fábrica de motores, una fábrica de autos, pero también alguien que brinde un servicio vinculado, y hasta podemos pensar en institutos educativos, documentos científicos, y podríamos seguir.

En las redes sociales, la competencia se define exclusivamente por el contenido. Si para mi fábrica de autos, mi estrategia de contenido incluye compartir novedades del mundo del automovilismo profesional, mi competencia también serán páginas de noticias de la actividad, perfiles de corredores que compartan también esta información, por mencionar algunos ejemplos.

Hay que definir quién es la competencia de cualquier negocio, pero cuando entramos al mundo 2.0 es necesario repensar el concepto y no limitarlo a la idea tradicional que usamos para el mundo físico.

Ahora te vuelvo a preguntar, ¿con quién compite tu marca en la web?

FACUNDO DANIEL TULA
Seguime en @facfedmar